domingo, 5 de abril de 2009

Cuento: ya no, te amo

“…ya no te amo…” eran las ultimas palabras que Rodrigo había leído en vida, y estaban escritas en un pedazo de papel que había arrancado de las manos de su querida Cintia, ahí, botado en la bañera estaba su cuerpo desnudo amoratado con la yugular abierta de canto a canto y en el estomago jirones de su piel que dejaban entrever algunos órganos, había sido un suicidio muy violento y muy doloroso como el lo había prometido...

La noche anterior había discutido con su amada, desde hace algún tiempo poco a poco las cosas habían ido empeorando entre ambos, ella cada vez se hacia más hermosa y él no podía soportar el que alguien la observase, y es que en su mente todos tenían alguna oscura intención para con ella, sus amigos, los desconocidos, las personas mayores, incluso sus amigas, poco a poco fue surgiendo un infierno en la cabeza de Rodrigo y por tanto también en su relación de pareja.

Esa noche habían discutido debido a la negativa de ella de encontrarse como era costumbre, poco a poco las ideas fueron haciendo mella en la cabeza de Rodrigo, hasta que no pudo soportarlo mas y salio a dar una vuelta en su coche y por que no tomar una cerveza, mala idea o mala fortuna la suya por tener que tomar un desvío y pasar por la zona roja de la ciudad, ahí al ver a las meretrices en pleno oficio fue donde las ideas le estallaron de la cabeza y fue victima de un ataque de nervios… empezó a acelerar el coche, salvándose por un pelo de no chocar contra un poste y atropellar a un tipo que no conocía, siguió acelerando hasta llegar a casa de ella, trato de calmarse una cuadra antes pero no sirvió de nada, ya disminuyendo la velocidad siguió adelante justo cuando ella salía de casa bastante arreglada con los labios pintados color carmín, una falda roja y un abrigo largo, llevaba además una hoja de papel en las manos, al verla ahí, tan arreglada recordó el momento en que ella le decía que no saldría de su casa, que tenia muchas cosas por hacer, que su madre esto… en fin,Rodrigo fue atacado por la memoria y parecía recordar todos los instantes de sus discusiones anteriores y a todas las putas que esa noche había visto, al parecer no había mucha diferencia entre ellas y la mujer que ahora tenia delante suyo, un alarido salio de su boca a manera de reclamo pero ella no podía entender lo que le gritaba en mitad de la calle, el tampoco podía controlar todas las palabras que pronunciaba, la trato de puta, de traidora, la sujetaba fuertemente de los brazos mientras la sacudía de atrás para adelante, ella no podía hacer nada para liberarse, trato de explicarle, pero fue inútil en ese momento el sintió deseos de escapar y arranco un pedazo del papel que ella llevaba en las manos empezó a correr y correr sin importarle el auto o el llanto de Cintia que se perdía en la distancia, al llegar al portal de su casa vio lo que estaba escrito en el pedazo de papel, eran cuatro palabras con una pequeña mancha en la mitad tal vez producto de las lagrimas o sus manos sudorosas por la ocasión eran cuatro malditas palabras, “…ya no te amo…y esta fue la sentencia de nuestro amigo, fue el detonante para que se declare uno con la muerte y contrario a la vida, esta fue su sentencia y él la cumpliría de la manera mas violenta que le fuera posible.
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Esa noche Cintia le había dicho que no saldría de casa, que tenia cientos de obligaciones por realizar, ni siquiera le comento del vestido rojo que se había comprado exclusivamente para lucirlo ante él, ni de cómo su mejor amiga le había enseñado a maquillarse, y es que estaba decidida a que esta sea una noche muy especial y en verdad lo fue, con toda la ritualidad del caso se tomo el tiempo para ponerse bella para su amor, había escrito una pequeña nota:

“Querido Rodrigo, es obvio que las cosas entre nosotros han
ido cambiando demasiado en estos últimos días, pero quiero
que sepas que eres el único hombre al que amo, me reclamas
por la belleza que llego a seducirte, siendo que tu fuiste el
único que supo como ganarse mi corazón, quiero que tengas
en claro que por más que sean cientos los que me pretendan tu
eres el único que supo cautivarme y comprenderme como
nadie mas lo supo hacer, te entregué mi corazón y elegí esta
noche para entregarme a ti por completo, en cuerpo y alma
Ya basta de lastimarnos, ya basta de hacernos daño por cosas
sin importancia, ya basta de curarnos las mismas heridas de
siempre y luego volverlas a abrir, ya basta de todo, ya no
quiero sufrir, ya no mi amor...

...Ya no, te amo

y por el amor que siento hacia ti es que esta noche decidí
ponerme linda para ti y darte una sorpresa, saldré esta noche
vestida de seducción y encanto como a ti te gusta, iré a tu casa
y te dejare en claro que tan solo quiero ser tu mujer y la de
nadie más

Besos Cintia

1 comentario:

  1. JaJajajAJAJ eso de no saber leer las comas es rave che!!!! JaJaJajaJja, chala que sigas posteando compadre, un slaudo desde la distancia.

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